8.
Simbolismo Y Parnasianismo
Fue un movimiento literario de origen francés y belga que apareció
a los finales del siglo XIX. Se considera un movimiento como enemigo de la
enseñanza. Considera al mundo como un misterio.
Parnasianismo: fue un
movimiento literario francés creado en contra del romanticismo. Su poesía es de
carácter descriptiva, tiene manifestaciones en las artes plásticas.
8.1
Charles Baudelaire:
Poeta francés, uno de los máximos exponentes del simbolismo, considerado
a menudo el iniciador de la poesía moderna. Se matriculó en la Facultad de
Derecho de la Universidad de París, y se introdujo en la vida bohemia,
conociendo a autores como G. de Nerval y H. de Balzac, y a poetas jóvenes del
Barrio Latino. En esa época de diversión también conoció a Sarah
"Louchette", prostituta que inspiró algunos de sus poemas y le
contagió la sífilis, enfermedad que años más tarde terminaría con su vida.
Las flores del mal: es una colección de poemas de Charles
Baudelaire. Considerada la obra máxima de su autor, abarca casi la totalidad de su
producción poética desde 1840 hasta la fecha de su primera
publicación.
Al leer estos poemas, se puede leer en el alma de Baudelaire, se devela su
vida, una vida triste y desdichada en la que se dedicó a crear poemas desgarradores,
de una gran crudeza pero, a la vez, elegantes y maravillosos.
8.2 Arthur Rimbaud:
Poeta francés, lo destacable de él fue su
inteligencia a una edad temprana a sus 8 años ya escribía en verso y a los 19
abandono la literatura.
Una temporada en
el infierno: poema escrito en prosa de gran extensión. es una composición de
ruptura: el adolescente incomprendido y excesivo se debate entre su pasión y su
vieja conciencia religiosa; poesía y vida están ferozmente entrelazadas.
8.3
Paul Verlaine:
Poeta
francés. Considerado el maestro del decadentismo y principal precursor del
simbolismo, es, en realidad, el único poeta francés que merece el epíteto de
«impresionista» y, junto con Victor Hugo, el mayor poeta lírico francés del s.
XIX. En 1851 su familia se instaló en París, donde Verlaine trabajó como
escribiente en el ayuntamiento.
tú crees
tú crees en el ron del
café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
tú crees en un vago y
quimérico dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.
y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.
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